viernes, 8 de septiembre de 2017

Verdades simples sobre enfermedades crónicas

Como hacía tiempo que no contaba un "Mono Desnudo", hoy es la ocasión perfecta.

¿Porqué el cuerpo se "cansa" de avisarte que haces las cosas mal? ¿Porqué una "enfermedad" aguda se convierte en crónica?

Las respuestas son muy sencillas y lógicas. Cualquier ser tiene clarísimo que, para su supervivencia, tiene que estar muy atento a las reacciones de su cuerpo. De hecho, todos nuestros sentidos y sensaciones están encaminados a descubrir, sea con placer o disgusto, si una cosa es buena para nosotros o no. Por ejemplo, el sentido del gusto nos ayuda a determinar si lo que estamos comiendo, y en qué cantidad, le irá bien a nuestro cuerpo. Los alimentos que le convienen a nuestro cuerpo, nos apetecen. En cambio, cuando nos da asco, está claro que no nos gusta y, si nos cansa, está claro que tenemos suficiente.

Pero, lo que no le pasa a ninguna criatura, excepto a los humanos y seres que conviven con ellos, es que debido a su cerebro "superior" se monte "películas" de miedo, motivadas por prevenciones, recuerdos, malas experiencias y que no están motivadas por hechos reales. No es lo mismo que la gacela vea al león con hambre, porque entonces el miedo / estrés es la reacción correcta que le salvará la vida, que cuando lo ve durmiendo, momento en el que come tranquilamente y, tal vez, muy cerca del león. En cambio, a los humanos nos basta con saber que existen los leones para sufrir toda la vida. Incluso si vivimos en Europa y los únicos leones los podemos ver en el zoo. El ejemplo es descabellado. Pero seguro que así me entienden. Y, de paso, pongo como ejemplo de fiera que provoca estrés a los leones ya que, como alguno de vosotros me ha indicado, muy acertadamente, el ejemplo de los dinosaurios no cuadra porque no coexistieron con los humanos.

El estrés, que ya he explicado ampliamente en otros artículos, desconecta la mayor parte de sistemas del cuerpo y el cerebro y deja solo activo lo imprescindible para salvar la vida. Esto quiere decir que no funcionan los sistemas hormonales, enzimáticos, digestivos, cerebrales, inmunitarios, ... Y, cuando el estrés se hace crónico, lo llamamos ansiedad. Y la ansiedad no lo desconecta todo al 100%, pero lo hace funcionar todo muy mal y a costa de un desgaste enorme para el cuerpo.

Pues bien, ya sabéis que el cuerpo nunca se equivoca. Pero también debéis saber que la naturaleza no tiene previsto ni el suicidio, ni el automaltrato.

Por lo tanto, cuando un ser no hace caso de los repetidos avisos que le envía su cuerpo de que lo que está haciendo le perjudica gravemente, la naturaleza cree que lo hace porque no tiene más remedio que hacerlo. Y, entonces, desconecta las alarmas para no molestar y se prepara para espabilarse y arreglar el problema como sea, haciendo lo que sea necesario para salvar la vida, a costa de perjudicar o hacer funcionar mal las cosas del cuerpo que crea menos imprescindibles. Pero, como cada persona es diferente, cuando pasamos a modo "emergencia" es cuando aparecen las "debilidades" de cada cuerpo. Ya no digamos lo que ocurre cuando, como ocurre a mucha gente, vivimos en modo "emergencia" continuamente.

Cada ser que nace es, en principio, viable. Pero esto no quiere decir que todos aguanten lo mismo. Hay quien tiene una enorme resistencia a ciertas carencias y otros que son mucho más débiles frente a las mismas.

Un ejemplo ayudará. Imagína que te encuentras en la selva huyendo de unas fieras que te persiguen. La persecución dura días y lo único que has encontrado para alimentarte son unas hojas no muy sabrosas que vas arrancando mientras sigues huyendo. El cuerpo, que en principio no destinará ninguna energía a la digestión, poco a poco, en cuanto note la falta de energía, dará cierta prioridad a poder obtener nutrientes, porque la falta de energía lo mataría. Y, por tanto, el dolor de estómago inicial (señal de que el cuerpo no está en condiciones de digerir), se irá transformando en sensaciones relativas a lo que está comiendo. Lo que más le apetecerá es el dulce, porque da energía inmediata, pero si no tropiezas con bayas o miel por el camino la cosa es complicada. Una vez el cuerpo se da cuenta que no recibirá más que las hojas (porque hace mucho tiempo que avisa que no le convienen y no le hacemos caso), poco a poco dejará de quejarse y buscará (el hígado) el modo de transformar químicamente lo que le damos en los nutrientes que necesita. En función de lo que estamos comiendo (y como lo puede digerir el cuerpo con las energías escasas que puede destinar), el hígado utilizará todo el arsenal de minerales, vitaminas, enzimas y hormonas que tiene para obtener lo necesario. Obviamente, si utiliza elementos escasos en el cuerpo (porque no está previsto su uso intensivo) y que afectan a funciones importantes (pero no tanto como lo es la obtención de energía, porque sin ella moriríamos), nos podemos ir encontrando que empiezan a fallar funciones importantes. Pero, incluso en estos momentos, el cuerpo intentará "desconectar" aquellas funciones menos importantes para la "emergencia" que está viviendo.

Una vez la "emergencia" ha pasado, el cuerpo nos irá guiando para compensar las carencias. Puede que nos apetezca hacer cosas muy poco usuales. Roer la corteza de un árbol o lamer ciertas piedras. Pero, poco a poco, el cuerpo se irá recuperando. Admiración absoluta por la sabiduría de la naturaleza. Final feliz.

Ahora, traslada el ejemplo a la realidad de la gente que vive con estrés y ansiedad. Las fieras no existen, pero actuamos como si estuvieran por todas partes. En los escasos momentos en que parecen estar más relajados, quizás no estan atentos a las demandas nada habituales del cuerpo. Las carencias continuadas han provocado que el cuerpo, aparte de desconectar las alarmas (dolor, disgusto, ...), haya desconectado sistemas consumidores de tal o cual elemento. Si los elementos que faltan están implicados en la absorción de nutrientes (algo muy habitual), el cuerpo deberá buscar vías alternativas para salvar la vida, sin contar con ciertos elementos, que serán sustituidos por otros elementos menos eficientes, para intentar obtener los mínimos necesarios .

Podría seguir con la "novela" ad infinitum, pero no es necesario.

Lo que sí hay que recordar es que los medicamentos, entre otras muchas cosas, son elementos nocivos para el cuerpo, porque para "arreglar" algo, estropea ciento.

1. Si dejas de hacer todo lo que haces mal, tu cuerpo se curará en un plazo de entre 3-6 meses. Es el tiempo que tardan en regenerarse todas las células del cuerpo.
2. Para que tu organismo esté en condiciones de funcionar:
Hay que limpiar a fondo el intestino delgado y grueso
Hay que tener en forma la flora intestinal
Hay que alimentarse correctamente
Hay que dejar de comer las cosas que no convienen
Para que tu alimento pase a ser un nutriente, es necesario que tu cuerpo esté suficientemente sano para absorberlo bien y esto es un proceso progresivo en las enfermedades crónicas
Tienes que caminar, tomar el aire y el sol. La vitamina D es una prohormona imprescindible para casi todos los procesos del cuerpo y el resto de efectos positivos del sol, imprescindibles.
El sol te carga energéticamente. Tómalo con prudencia, pero nunca te pongas cremas (son perjudiciales y causantes de melanomas)
Bebe agua. Es imprescindible para todos los procesos del cuerpo.
Deja de escuchar a los "gurús" y vendedores de todo tipo de suplementos, complementos y medicinas. Una cosa es tomarlos puntualmente para poner en marcha la curación. Si tienes que depender de ellas, debe ser en cosas muy concretas que aún no puedes arreglar, pero no como norma general.
Deja de obsesionarte con comidas, suplementos y medicinas caras. No se necesitan.Nuestro cuerpo es el alquimista perfecto. Un MacGyver que crea lo que necesita en cuanto empieza a sanar.
No pienses que la curación es cara. Si lo es, no es buena. Con elementos sencillos y cercanos basta. Relájate. Tu bienestar anímico es la principal medicina que necesitas.


3. Ten fe en que todo irá bien. En el mundo del alma no hay certezas. Las certezas son ego y miedo. Quiérete. No quieras daño a nadie, pero aléjate de los que te lo quieren hacer ti.
4. Cuando te amas a ti mismo, los sentimientos negativos (hacia ti y hacia otros) no tienen cabida dentro de ti. Sólo te perjudican.
5. La medicina moderna, le pone nombre a todo. Pero no sabe nada. Tienes que buscar explicaciones sencillas a las reacciones (síntomas) del cuerpo. Pero, para cada caso, las reacciones son fruto de procesos muy complejos y evolutivos. Sólo el cuerpo sabe cómo curarse a sí mismo. Lo que tenemos que hacer es retirar los obstáculos. Recuerda, el cuerpo nunca se equivoca.
6. No tienes que "reaccionar" (como hace la medicina moderna) atacando los síntomas del cuerpo. Sólo escucharlo, para dejar de hacer lo que le duele.
7. La enfermedad crónica es siempre una evolución de los problemas agudos que ha tenido tu cuerpo y que no has escuchado. Cuando empieces a hacerlo, tu cuerpo volverá a darte señales (las de la enfermedad aguda) y te podrás curar.
8. Enredarse en "adivinar", uno por uno, todos los males del cuerpo, cogiendo síntomas, enfermedades y consecuencias por separado es ridículo. El cuerpo no funciona así. Es un todo.
9. Hipócrates ya decía, hace 2.500 años, que todas las enfermedades se generan en el intestino.La medicina cada vez se acerca más a esta afirmación. ¿Cuántos años más necesita?.
10. No importa el nombre que le hayan puesto a la enfermedad que tienes. Metabólica, neurodegenerativa, ... todas se curan amándote a ti mismo y tratando bien a tu cuerpo.