miércoles, 22 de noviembre de 2017

Las bases de la curación

En la práctica diaria, me doy cuenta que a muchos pacientes les cuesta asumir algunas de las cosas necesarias para emprender la curación. Para ellos, y para futuros pacientes, estas aclaraciones.

Primero, e imprescindible, el cambio de actitud.

No se puede intentar una cura de tipo naturista y seguir haciendo exactamente lo mismo. Obviamente, y dependiendo de la gravedad de la situación del paciente, se pueden aplicar grados. Desde la simple mejora en los hábitos para ir mejorando poco a poco, hasta el cambio radical de vida para poder salvarla. Lo que está claro es que si no alteras el tipo de vida que haces, la única opción serán las pastillas de los médicos o los suplementos de los naturópatas. Y esta no es mi opción.

El cambio de actitud parte de amarte a ti mismo. Hay quien, cuando lee esto, piensa en egoísmo, narcisismo, irresponsabilidad, ... Es por ello que recomiendo a todos mis pacientes que lean el blog Camino de Amor que yo mismo he escrito. También les puedo recomendar otras lecturas en el mismo sentido. No voy a reproducir aquí demasiado principios del Camino de Amor, para eso ya está el blog. Pero quiero destacar dos principios fundamentales. El primero es que amarte a ti mismo no es un acto ni de egoísmo, ni de narcisismo. Es la forma de decir en la vida: "Yo soy". Porque cada ser es único y, por tanto, sólo él puede "representarse" a sí mismo en el mundo. Todo el mundo es igual de importante. Y, sólo que nos falte un alma, el universo no estará completo. Y, menospreciarte, va en contra de esto. El segundo es que, en este camino, lo mejor para ti siempre es lo mejor para todos, porque amándote a ti, acabas amando a todos. Pero siempre tienes que empezar por ti. Porque los otros (el resto del mundo, la familia, las circunstancias, las obligaciones) son ego. Es decir, los miedos que se esconden en las redes neuronales de nuestro cerebro impidiéndonos cambiar y que son lo contrario del amor.

A mucha gente les cuesta entender cómo pueden ser ego los sentimientos hacia los seres queridos. Y lo son en tanto que excusa para no amarte a ti mismo. Muchísima gente, por otra parte capaces de los mayores sacrificios por la gente que aman, no se dan cuenta que esconden, bajo la capa de amor por los demás, su incapacidad para quererse a sí mismos. Están diciendo al mundo que ellos no valen la pena, pero que su amor por otros que sí la valen los hacen, al menos, dignos de ser considerados buena gente. Excusas para ocultar que no te amas a ti mismo. Y el universo, y tu cuerpo, te pasarán factura. El universo y la naturaleza no pueden aceptar que sus criaturas no se traten bien a sí mismas. Va en contra de los principios de la vida. Te sorprendería la cantidad de veces que caemos en enfermedades crónicas subterráneas porque nuestro cuerpo, como el de cualquier criatura, no puede asumir que nos tratamos mal a nosotros mismos. Porque la naturaleza no contempla las opciones suicidas y piensa que si hacemos cosas contra nuestro cuerpo (pese a las advertencias que nos envía durante la fase aguda) es porque hay algo físico externo que nos obliga (y, cuando persistimos, deja de avisarnos para no "molestar"). La pretendida superioridad del hombre sobre otras criaturas (basada en que tenemos un cerebro superior) topa con la cruda realidad cuando usamos este cerebro (las redes neuronales que recogen el miedo y las prevenciones) para impedirnos disfrutar de la vida, imaginando peligros y obstáculos (que podrían existir) como si fueran reales y insuperables. Esto nos lleva a una vida llena de miedos y ansiedad / estrés que nos impide disfrutarla. Es decir, como Don Quijote, vivimos enfrentados a peligros imaginarios sin darnos cuenta que sólo están en nuestra cabeza.

Segundo, el cambio de hábitos alimenticios. El tipo de alimentación que, con más o menos matices, hago seguir a mis pacientes es una dieta cetogénica, para conseguir la cetosis nutricional. Este tipo de dieta, que muchos conocen en versiones famosas, pero con déficits o excesos importantes, tiene como objetivo reducir los procesos inflamatorios del cuerpo, recuperar la salud y, muy a menudo, perder peso. Este tipo de dieta, cada vez es más reconocido por los principales investigadores médicos (con la boca pequeña, eso sí, para no enfrentarse con los poderosos) como imprescindible para curar cualquier cosa. Y es que se trata de la dieta que debería ser la normal en los hombres. La dieta, que negocio siempre con mis pacientes buscando las máximas facilidades para que se pueda cumplir, no es sólo una recopilación de hábitos alimentarios que conviene incorporar. Es la lista de los únicos alimentos que se pueden tomar. Si buscas una cetosis nutricional, que cuesta días que el cuerpo empiece, porque se resiste, no puedes tomar cereales, ni carbohidratos (azúcares incluidos), ni miel, ... porque que una simple cucharadita de algo inapropiado puede tumbar el trabajo de unos cuantos días. Además, el hígado es capaz de agarrarse a cualquier cosa para iniciar una reacción en cadena que te lleva por donde no quieres. Por ejemplo, el simple hecho de tomar una salsa (o un suplemento o un supuesto producto "natural") que contiene azúcares en su composición (en formas muy diversas y escondidas) o grasas trans o exceso de omega-6, puede desencadenar una serie de reacciones que anulen el proceso de cetosis. Estos procesos del cuerpo, son muy mal conocidos (por no decir desconocidos) por la comunidad médica y por muchos de los terapeutas naturales o nutricionistas obligados a seguir el tipo de alimentación que conviene a los poderosos, pero no a nuestro cuerpo.

Tercero, el cambio de hábitos higiénicos. Procurar no estar sentado casi nunca. Una hora seguida de estar sentado disminuye la circulación del cuerpo en un 50%. Esto, la mayor parte de gente, instalada en procesos crónicos más o menos evidentes, ya no lo nota. El simple hecho de planificar maneras de obligarnos a movernos de la silla unos minutos de cada hora, simplemente poniéndonos de pie (lo que estoy haciendo yo ahora mismo), ya cambia radicalmente muchísimas cosas de la salud. Esto no se arregla aumentando las horas diarias de deporte intensivo. Es lo mismo que airearse, caminar, tomar el sol. La vida tiene un diseño maravilloso. Basta con observar gatos que vivan en la naturaleza (no en una casa). En invierno buscan el sol con auténtica obsesión y a todas horas. En verano, se esconden en las horas de máxima insolación. Al mismo tiempo que los calienta, disminuyendo la necesidad de emplear energía específica para esta tarea, les da vitaminas, les activa la circulación, les da energía, ... Lo mismo que a cualquier criatura.

Cuarto, la limpieza intestinal (intestino delgado y grueso). Tener limpio el intestino delgado y en forma la flora intestinal es la garantía de poder absorber los nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Tener limpio el intestino grueso es la garantía de que ningún proceso infeccioso pueda salir adelante. Repito. Ninguno. Ni virus, ni bacterias, pueden prosperar en un cuerpo sano. Las mentiras escondidas tras los principios de Pasteur son una buena justificación para la hipermedicación del mundo en que vivimos. Pero las medicinas son consideradas por el cuerpo como agresores a combatir. Y, permitir una guerra contra nuestro cuerpo, es el peor error que podemos cometer. Los principios naturistas parten de que el cuerpo y la naturaleza son sabios y saben lo que tienen que hacer. Los principios de la medicina oficial parten de que los investigadores son muy listos y que nuestro cuerpo se equivoca. Dada la cantidad de veces que se ha demostrado (aunque se escondan muchas) que esta última afirmación es falsa, como es que la gente sigue creyendola?. Os respondo yo mismo. Porque la gente quiere curarse sin cambiar en absoluto sus hábitos. Ya sea porque les permite comer lo que quieren (aunque más bien se podría decir aquello a lo que se han hecho adictos) o comportarse como quieren (por malo que sea para su naturaleza) o como les han dicho que han de actuar (por conveniencia de los poderosos). En definitiva, la medicina oficial (y cualquier terapia natural indirectamente auspiciada por los que mandan) está hecha para mantenernos en la rueda del hamster y no cuestionar nuestro modo de vida. Y esto es la antítesis de la terapia naturista.

Repasemos. Tienes que cambiar de actitud hacia ti mismo. Te has de amar. Tienes que tener una paciencia infinita (que da resultados instantáneos), en vez de una prisa infinita (que da resultados imposibles). El mismo proceso de amar a tu cuerpo te llevará a escucharlo y tratarlo mejor. Dándole los mejores alimentos (que no quiere decir caros), los mejores hábitos higiénicos (respirar, dormir en paz, pasear, tomar el sol, admirar la naturaleza y la vida). Y estas serán tus medicinas. Si necesitas otras que no sean estas, es que algo no va bien. Y lo deberás aceptar y reconocer y veremos qué podemos hacer. La naturaleza no acepta las mentiras. Y, mentir o faltar al respeto a tu conciencia, te pasa factura física. Aceptar la verdad es duro. Pero es el único camino para cambiarla. Aceptar nuestros errores nos abre la puerta a poder disfrutar de la vida y la salud. Y eso se debe seguir haciendo toda la vida.

En definitiva, siempre cometemos errores (yo incluido) y tenemos que aceptar con humildad que esto es así. Pero una gran verdad es que sólo tú puedes hacerte daño a ti mismo. Y sólo tú te puedes curar. Que nunca puedes querer más de lo que te quieras. Y que nunca podrás recibir más amor del que tú mismo te des. Así que todo te empuja a amarte a ti en primer lugar.

Ni yo, ni tú, ni nadie, puede asegurar que no nos equivocamos. Pero sí tenemos que mantener una clara actitud de búsqueda de la verdad. Sin eso, y los principios que aquí he expresado, no vale la pena que me vengas a ver. Tú perderás el tiempo. Y yo no te podré ayudar.