viernes, 6 de enero de 2017

Para tener salud tienes que vivir con bondad

Hoy te quiero recordar cómo el vivir de acuerdo con nuestra naturaleza es imprescindible para tener salud. Y una parte importante de nuestra naturaleza, aunque a veces cueste creerlo, es que somos bondadosos. No hay seres malos, sólo seres equivocados.

Es más fácil hacer pasar un camello por el ojo de una aguja, que ver entrar un rico en el reino de los cielos. Recuerdo el caso de un hombre rico y poderoso que, cuando ya era mayor, se volvió sabio. "Quiero morir pobre", dijo. La riqueza, a menudo, nos vuelve desconfiados, egoístas, y nos aleja del camino de la bondad.

Que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda. Los actos de bondad son callados y discretos. Si no, son actos que buscan el reconocimiento o que nos quieran. Amar debe ser un acto incondicional.

El aura no es un invento. Existe. Y es un campo magnético medible (lo llaman el Campo o The Field). Y se ha demostrado que es un reflejo de nuestro estado de salud, entre otras cosas. Y que no está controlado por el cerebro, sino por el corazón. Y que el corazón es capaz de saber lo que pasará antes que el cerebro (la famosa "intuición). Todo esto se ha probado científicamente. Es un hecho, no una creencia.

Las ondas del corazón mantienen la coherencia de todo el campo con su latido. Los sufrimientos y sentimientos negativos lo alteran. Así puedes entender porque las energías positivas tienen la capacidad de curar. En el mundo natural, los males del alma, de la mente y del cuerpo son todos lo mismo. Los puedes curar desde cualquiera de las perspectivas. Cada nivel está íntimamente ligado con los demás. El campo influye en el cuerpo y la psique y estos influyen el campo.

Las decisiones que tomamos en cada momento del día se traducen en ondas químicas y eléctricas que no podemos controlar conscientemente. Si somos coherentes y bondadosos, los mensajeros (los neuropéptidos, por ejemplo) llenarán nuestro cuerpo de elementos positivos. Si hacemos cosas que van contra nuestra conciencia, mentimos o faltamos a nuestra palabra, otros mensajeros químicos negativos inundarán el cuerpo y éste, tarde o temprano, nos lo hará ver con dolor o malestar.

El famoso "pecado original" no es más que el incumplimiento de las normas de la naturaleza y de la bondad. Los niños pequeños y los animales libres son buenos por naturaleza. El hombre, en cambio, ha escogido a menudo la opción de creerse superior a todo lo que le rodea y no respetarlo. La naturaleza contaminada no es más que la Tierra devolviéndonos (sin querer) lo que nosotros le hemos hecho a ella, por nuestra ambición de creernos mejores.

No atraes lo que quieres. Atraes lo que eres. Conviértete en lo que quieres encontrar en el mundo y pides a los demás.

Sé amable y generoso. Estate dispuesto a ayudar. Pero no des ayuda a quien no te lo ha pedido. Déjalo ser. Ofrécela cuando te la pidan.

Ámate a ti mismo. Trátate bien. Cuanto más amor tengas por ti mismo, mejor para ti y mejor para los demás. Porque la medida de este amor marcará el amor máximo que puedes dar y lo máximo que puedes recibir. Nunca más. Así que si crees que el mundo, la gente, no te quiere, no lo intentes forzar amándolos más. No puedes sacrificar tu vida por los demás, porque la tuya es tan valiosa como la suya. Ámate más a ti mismo. Y el mundo y los demás te querrán más. Y tú podrás amar más a los demás.

No hemos venido a la vida a sufrir, sino a afirmar quienes somos. Porque somos únicos y todos los demás nos necesitan porque juntos somos el Todo.

Dar alimento y amor a un animal que lo necesita. Tratar a las plantas como seres dignos de respeto. Amar a los seres humanos y respetarlos. Pero, previamente y por encima de todo, amarte a ti mismo. Si no te amas a ti primero, no podrás llevar a cabo el objetivo para el que fuiste creado. Honrar la obra divina que hay en ti. Mostrar tu alma única al mundo. Unirla a las otras almas (humanas y no humanas) para que volvamos a ser, algún día, el todo. Y esto no podrá pasar nunca si faltas tú. Amarte a ti mismo nos hace fuertes a todos.

El sentido de la vida es superar las experiencias y, a pesar de las dificultades, volver a recordar para qué hemos sido creados. Para ser Amor.

Hazte pequeño. Busca la humildad. Huye de grandezas. Abraza. Y te encontrarás a ti mismo.

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